Y otro día más de ruta... sabemos que nos acompañais pacientemente y que también teneis ganas de que empiece la acción. A ver si con un poco de suerte llegamos al Gran Banco este domingo. Siguen llegando comentarios positivos, esta vez de Málaga. ¡Muchas gracias a todos!
Las coordenadas del día son 42º 50 N – 36º 35 O. Como veis apenas hemos avanzado en 24 horas... el viento continuó arreciando a lo largo de la tarde y la noche fue tremenda!!!!! Llegamos a registrar ráfagas de 60 nudos. Todos los que pudimos (salvo el oficial y marinero de guardia) nos fuimos relativamente pronto al catre, porque no había forma de hacer nada. La mayoría hemos visto ver pasar las horas sin pegar ojo. Por una parte no había forma de coger la postura, y por otra estaban los ruiditos. Dije ayer que dejamos todo bien trincado? Ja!!!!
Las sillas se deslizaban, los zapatos también, la ropa en las perchas, las cajoneras de los roperos se abrían y daban en la puerta del armario, algún cajón salió despedido del mueble con todo su contenido, el auricular del teléfono saltaba del soporte, puertas que se abrían -y cerraban en el siguiente balance-, objetos dando golpes dentro de los armarios y cajones... una sinfonía para acabar con los nervios del más templado.
Parte del Tiempo. Tormenta viernes, 31 de mayo.
Lo más molesto en mi camarote era una silla tras la puerta, entre la pared y la cabecera del catre, que a falta de asideros me costó un par de intentonas poder trincarla bien. Durante un buen rato estuve pensando “¿y si la tiro por la borda, la echará alguien de menos? ¿qué cara me pondrá el capitán cuando se lo cuente mañana? “ Al final, usando mis zapatos a modo de cuña y con un cabo conseguí dejarla fija, por aquello de que ya hay demasiada basura en el mar, pero lo primero que he hecho después de desayunar ha sido sacarla del camarote. Luego me he enterado de que alguien a bordo, que permanecerá en el anonimato, sí que lanzó una silla por la borda –desde otro barco- en un arrebato en una situación similar.
En cualquier caso, ya estaba claro que de dormir nada. Estuve pensando en irme al puente, pero la verdad es que allí no hay asientos seguros.
Me habría tocado atarme a una de las columnas, al estilo Ulises, salvo que con semejante temporal los “sirenos” se habrían quedado afónicos intentando hacerse oir... Hablando con los demás, marinos y biólogos parece que todos pasamos la noche igual, una pena que a todos nos diese pereza salir del catre, porque nos habríamos encontrado en el puente, en la cocina o en el salón, en vez de aburrirnos en solitario. David, uno de los tripulantes, ha sido el primero en darse un paseo por el barco y comprobar y resolver los efectos secundarios del temporal, que hizo saltar varias cajas y su contenido de su sitio...
Pero bueno, esto es lo que pasa cuando se sale de la Ría. Lo importante es que el tiempo nos ha dado una tregua y hoy hemos podido descansar y avanzar. Hemos resuelto un problemilla con una de las básculas, Álvaro ha dejado lista la sonda para los datos hidrograficos y en el momento de escribir estamos a 486 millas del Gran Banco. Nosotros estamos preparados. ¿Y vosotros?
Riders on the storm
Yet another sailing day... we know you follow patiently our sluggish progress, and that you also look forward for a bit of action. With a bit of luck we will be in the Grand Bank this Sunday. We keep on hearing from your positive comments, now from Málaga. Thank you so much!
Our position at noon was 42º 50 N – 36º35 W. As you can see we have hardly made progress... the wind got stronger during the evening and we have had an unforgettable night. We recorded wind gusts of 60 knots.
Everybody went to bed early, except of course the officer and sailor on watch, because it was impossible to do anything else. Most of us have seen the hours tick by amidst a symphony of noises. It turned out not everything was securely tied down, starting by our personal belongings and furniture in the cabins. Chairs (that were already tied!) and shoes slid on the floor, clothes in hangers went from side to side of the cupboard, drawers opened and crashed on the cupboard doors from the inside, objects inside drawers and cupboard banged non-stop and a drawer even flew off the furniture with all its contents ...
The worst noise in my cabin was a chair behind the door, between the wall and the bunk. It was difficult to secure because there was nothing to tie it to. In the end I used my shoes as a wedge, but until then I wondered for a long while if I shouldn't just throw it overboard... what would the captain say next morning? I discarded this option because rubbish is aplenty at sea and there is no need to add more, but later today I heard that if I had proceeded with my plan I wouldn't have been the first among us throwing furniture overboard from a pitching and rolling ship...
Anyway, by the time the chair was secured there was no question of sleeping at all... I thought of going to the bridge, but there are no safe chairs there... I would have had to tie myself to one of the columns, as Ulises. The mermen would have lost their voices though, trying to make themselves heard above the storm! Speaking to the rest of the people on board it seems that the night was equally hard for most of us. It's a shame we all felt lazy about leaving the bunks, because we wouldn't have lacked company in the dining room, the living room or the bridge! David, from the crew, was been the first to walk around the ship and see and fix the secondary effects of the storm, which made several boxes jump out of their place and spread their contents...
But this is what you get when you leave the sheltered waters of the Ría.
What matters now is that the weather gave us a break today and we have been able to rest a bit and increase our sailing speed. We have also solved a small problem with one of the scales, and Álvaro has got the CTD sounder ready. At the time of writing we are 486 nm from the Grand Bank. We are ready. Are you?
No hay comentarios:
Publicar un comentario