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martes, 27 de mayo de 2014

En aguas de nadie

Seguimos nuestro rumbo fijo de 273º y ya estamos en 42º37.6620 – 20º38.2280, a unas 500 millas de Vigo. Hoy tenemos un poquito más de viento y lluvia, así que los paseos por cubierta quedan para los más decididos. Nada preocupante, salvo para el par de víctimas del mareo que no acaban de recuperarse del todo.

La tarde de ayer fue de mucha actividad, colocando el material de nuestras 25 cajas en los laboratorios y el parque de pesca. El personal de máquinas nos ayudó a instalar las básculas y a mover un par de mesas de trabajo que queríamos directamente bajo los focos, para el muestreo de alimentación y sexar los miles y miles de peces que van a pasar por las manos del equipo de biólogos. También se preparó el plan de pescas, y en definitiva hubo trabajo para todos. Nos vimos recompensados a la hora de la cena, pero no vamos a dar detalles porque tememos que haya quien se haga a la mar para secuestrar a nuestro cocinero y su equipo. 

Noelia, Javier y Yolanda ultimando la instalación de las básculas.

Esta mañana ha quedado instalado el CTD, que es la sonda para medir la salinidad, temperatura y oxígeno, según sus siglas en inglés. Tenemos dos, una perteneciente al B.O. Vizconde de Eza y otra de repuesto perteneciente al IEO. Ambas fueron testadas la semana pasada por personal del Instituto, en una breve salida al mar en la que también se comprobó el funcionamiento de los sensores del aparejo, que serán nuestros ojos bajo el mar para ver desde el puente cómo desciende el arte, como y cuando se asienta en el fondo y cómo se comporta durante la pesca, porque es imprescindible que se mantenga en el fondo durante los 30 minutos del lance y que las aperturas vertical y horizontal sean más o menos constantes. Para esto contamos con la pericia de los oficiales y el capitán, que es mucha. Ya tuvimos ocasión de comprobarlo en los dos años que salimos sin sensores de repuesto y vimos con horror que los que teníamos dejaban de funcionar. Este problema ha quedado por fin felizmente subsanado con unos sensores de repuesto de muy buena calidad, así que en este sentido vamos muy tranquilos y estamos muy contentos.

Esta tarde la vamos a dedicar a repasar el funcionamiento del CTD y los programas que recogen los datos de la sonda, a refrescar nuestros conocimientos del uso del programa de grabado de datos y a copiar la carta con las pescas para tener un duplicado en el parque y ver desde allí el progreso diario.

Por lo demás estamos suspendidos en este limbo gris, en el que la vida se reduce a la preparación del material, al contacto con nuestras familias y a descansar antes del maratón -recordemos que seis miembros de nuestro equipo de biólogos y parte de la tripulación participan en las tres campañas y por tanto sólo van a tener cuatro días de descanso (los de la travesía a St John's para relevo de parte del equipo) en casi cien de trabajo-. También tenemos nuestro propio horario, ayer atrasamos el reloj una hora y repetiremos esta maniobra dos veces más durante la travesía al caladero. Es también muy fácil evitar las noticias, que llegan en cualquier caso de forma muy resumida y hay que buscar en el ordenador si se quieren leer. Creo que no me equivoco si digo que la mayoría las evitamos. Es muy relajante.

Antes de la despedida quiero recordar a nuestros lectores terrícolas de que este año celebramos el Centenario del Instituto Español de Oceanografía, y que todos los Centros Oceanográficos tienen en su agenda muchas y diversas actividades para acercar nuestro trabajo al público. Os animo a que visitéis la web del IEO (www.vi.ieo.es) para más información.

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