Seguimos nuestro rumbo fijo de 273º y
ya estamos en 42º37.6620 – 20º38.2280, a unas 500 millas de Vigo.
Hoy tenemos un poquito más de viento y lluvia, así que los paseos
por cubierta quedan para los más decididos. Nada preocupante, salvo
para el par de víctimas del mareo que no acaban de recuperarse del
todo.
La tarde de ayer fue de mucha
actividad, colocando el material de nuestras 25 cajas en los
laboratorios y el parque de pesca. El personal de máquinas nos ayudó
a instalar las básculas y a mover un par de mesas de trabajo que
queríamos directamente bajo los focos, para el muestreo de
alimentación y sexar los miles y miles de peces que van a pasar por
las manos del equipo de biólogos. También se preparó el plan de
pescas, y en definitiva hubo trabajo para todos. Nos vimos
recompensados a la hora de la cena, pero no vamos a dar detalles
porque tememos que haya quien se haga a la mar para secuestrar a
nuestro cocinero y su equipo.
Noelia, Javier y Yolanda ultimando la instalación de las
básculas.
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Esta mañana ha quedado instalado el
CTD, que es la sonda para medir la salinidad, temperatura y oxígeno,
según sus siglas en inglés. Tenemos dos, una perteneciente al B.O.
Vizconde de Eza y otra de repuesto perteneciente al IEO. Ambas
fueron testadas la semana pasada por personal del Instituto, en una
breve salida al mar en la que también se comprobó el funcionamiento
de los sensores del aparejo, que serán nuestros ojos bajo el mar
para ver desde el puente cómo desciende el arte, como y cuando se
asienta en el fondo y cómo se comporta durante la pesca, porque es
imprescindible que se mantenga en el fondo durante los 30 minutos del
lance y que las aperturas vertical y horizontal sean más o menos
constantes. Para esto contamos con la pericia de los oficiales y el
capitán, que es mucha. Ya tuvimos ocasión de comprobarlo en los dos
años que salimos sin sensores de repuesto y vimos con horror que los
que teníamos dejaban de funcionar. Este problema ha quedado por fin
felizmente subsanado con unos sensores de repuesto de muy buena
calidad, así que en este sentido vamos muy tranquilos y estamos muy
contentos.
Esta tarde la vamos a dedicar a repasar
el funcionamiento del CTD y los programas que recogen los datos de la
sonda, a refrescar nuestros conocimientos del uso del programa de
grabado de datos y a copiar la carta con las pescas para tener un
duplicado en el parque y ver desde allí el progreso diario.
Por lo demás estamos suspendidos en
este limbo gris, en el que la vida se reduce a la preparación del
material, al contacto con nuestras familias y a descansar antes del
maratón -recordemos que seis miembros de nuestro equipo de biólogos
y parte de la tripulación participan en las tres campañas y por
tanto sólo van a tener cuatro días de descanso (los de la travesía
a St John's para relevo de parte del equipo) en casi cien de
trabajo-. También tenemos nuestro propio horario, ayer atrasamos el
reloj una hora y repetiremos esta maniobra dos veces más durante la
travesía al caladero. Es también muy fácil evitar las noticias,
que llegan en cualquier caso de forma muy resumida y hay que buscar
en el ordenador si se quieren leer. Creo que no me equivoco si digo
que la mayoría las evitamos. Es muy relajante.
Antes de la despedida quiero recordar a
nuestros lectores terrícolas de que este año celebramos el
Centenario del Instituto Español de Oceanografía, y que todos los
Centros Oceanográficos tienen en su agenda muchas y diversas
actividades para acercar nuestro trabajo al público. Os animo a que
visitéis la web del IEO (www.vi.ieo.es)
para más información.
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